PERÍN PREHISTÓRICO

YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS EN LA TORRE DE NICOLÁS PÉREZ

La existencia de tres cuevas con restos arqueológicos fechados en el Paleolítico medio (Musteriense) y Paleolítico superior hace que podamos afirmar que los primeros “perineros” (para ser más concretos, perineros de la Torre) habitaron estas tierras hace entre 150.000 y 35.000 años.
Las cuevas (dos de ellas, más bien abrigos rocosos) a las que me refiero son la Cueva Bermeja (junto a la rambla de la Torre y cerca de los Albadalejos –se ve desde la carretera-), la Cueva del Negro y la Cueva del Macho (estas dos están situadas en el Cabezo de la Cárcel, mirando hacia la rambla de la Torre a la altura de los Rincones –no se ven, hay que subir a buscarlas-).
Los primeros perineros habitaron la Cueva Bermeja y fueron los llamados hombres de Neandertal. Contemporáneos de su tiempo fueron los famosos habitantes de la sierra de Atapuerca, y más cerca de nosotros, en la sima de las Palomas del Cabezo Gordo de Torre Pacheco. El aspecto de estos hombres era parecido al nuestro, pero más robusto y con una cara sin pómulos ni barbilla. Eran buenos cazadores (todo tipo de animales, desde presas pequeñas como reptiles y conejos, a grandes mamíferos como ciervos, caballos o elefantes), pescadores y mariscadores. No conocían la ganadería ni la agricultura, pero sí que recolectaban frutos silvestres. Sabían hacer fuego y muchos tipos de herramientas de piedra, madera y hueso. Tenían rituales religiosos y funerarios y, al menos algunos grupos, practicaban el canibalismo.
Los siguientes perineros poblaron esta zona (habitaron las tres cuevas señaladas) en el Paleolítico superior, lo que se corresponde con una edad comprendida entre los 10.000 y los 35.000 años. Éstos ya eran hombres de nuestra misma especie, Homo sapiens sapiens, se les denominó hombres de Cro-Magnon y ya tenían nuestro mismo aspecto. Coetáneos de su época fueron los archifamosos pintores de las cuevas de Altamira en Cantabria. También eran cazadores y recolectores, pero elaboraban más variedad de herramientas y armas, les adicionaban mango y las hacían con más variedad de materiales (piedra, hueso, asta, madera, cuero, fibras vegetales, etc) y más perfeccionadas. Los cromañones y los neandertales convivieron durante un tiempo hasta que estos últimos desaparecieron (por hibridación entre ambas especies, por enfermedades,… no se sabe con certeza).

Descripción de los yacimientos:
1. Cueva Bermeja:
Yacimiento identificado como un hábitat en abrigo (Zona 1) con dos horizontes de ocupación Prehistórica: Musteriense y Paleolítico Superior. Se sitúa en un cantil rocoso orientado hacia la Rambla de la Torre (al sur) y un valle encajado entre el relieve; presenta la visera desprendida, observándose en la actualidad la pared vertical con algunas partes ligeramente reentrantes.Su emplazamiento le confiere una situación privilegiada en cuanto a la disponibilidad de los recursos naturales que el entorno ofrece. En este sentido se localiza junto a varios cursos fluviales y un manantial de agua denominado actualmente Fuente Vieja, del que dista 1 km en dirección sureste en línea recta. La proximidad para el abastecimiento de agua se completa con las posibilidades cinégeticas del sector, como la obtención de madera y de captación de materias primas para la elaboración de útiles. A todo ello se une la fácil accesibilidad de los recursos marinos, ya que se encuentra relativamente próximo a la costa. A estos factores habría que añadir su ubicación privilegiada en el contexto de las rutas naturales de paso en la zona, interconectando la costa de Mazarrón con el Campo de Cartagena, a través de una ruta que probablemente coincidiría en mayor o menor medida con la carretera E-22, que discurre a su vez sobre la Colada de la Cuesta del Cedacero, y con la costa de Portús hacia el sureste.Este asentamiento se relaciona con una ocupación del territorio de cierta importancia, como denota la proximidad a los yacimientos prehistóricos de Cueva del Macho y Cueva del Negro, localizados a 1,3 km al suroeste. Las primeras intervenciones datan del s. XIX, de la mano de Louis Siret, descubridor del abrigo, quien llevó a cabo en su interior una intervención arqueológica en el año 1891, consistente en una trinchera realizada de manera perpendicular a la pared del fondo del abrigo, alcanzando una potencia estratigráfica de 2,50 m. Su excavador señala tres niveles: uno inferior atribuible al Musteriense, un nivel intermedio al Solutrense y uno superior perteneciente al Magdaleniense. Posteriormente se realizó en 1977 una campaña de excavación bajo la dirección de C. Cacho, en la que se realizó una limpieza de la antigua zanja de Siret y un nuevo corte de 2x1 m en una zona contigua, interrumpiéndose a los 0,50 o 0,60 m de profundidad. En estos niveles estratigráficos la autora distingue un primer nivel húmico cuya potencia oscilaba sobre los 0,10 m, un segundo nivel con bloques y 0,20 m de potencia y un tercer nivel, de sedimento más fino, sin bloques, de 30 m de espesor. En cuanto al reavivado de la antigua excavación de Siret y, más concretamente, del nivel medio y superior, Cacho señaló que se trataba de una industria homogénea de tradición Gravetiense o más bien del Perigordiense superior, sin encontrar materiales que se pudieran atribuir al Solutrense. Respecto al nivel superior, Cacho contabilizaba 13 útiles, refiriéndose concretamente a los raspadores que este grupo presentaba un aspecto Grimaldiense. En lo que respecta a los materiales de la intervención de C. Cacho, no son numéricamente muy abundantes; así, al nivel 1 se atribuye un raspador, punta de muesca, buril diedro desviado, dos de ángulo sobre rotura, cuatro raspadores, una rasqueta y una pieza denticulada. En el nivel 2 se identifican 26 útiles, entre ellos tres raspadores, buriles (dos diedros, cuatro de ángulo sobre rotura y uno múltiple), cuatro laminitas de borde rebajado (una de ellas con retoque inverso hecho en cuarzo) y un posible escaleno. Por último, en el nivel 3 las evidencias se concretan en tres laminitas de borde rebajado y una pequeña lasca de cuarzo denticulada. En cuanto a los materiales procedentes de la limpieza de la zanja de Siret, no se encuentran grandes variaciones en la representación de los principales grupos tipológicos, junto con algunas piezas que responden sin duda al paso de otras etapas anteriores (Musteriense) ya señaladas durante la excavación que realizó Siret. Junto a estos materiales, añadir la presencia de industria lítica tallada en cuarcita, así como de restos malacológicos y faunísticos. Para otros autores, como Miguel Martínez Andreu, los niveles superiores de Cueva Bermeja podrían corresponder, sobre todo a partir del nivel 2, con una evolución derivada del Magdaleniense Superior.

2. Cueva del Negro:
El yacimiento se identifica con un hábitat en abrigo de época prehistórica, datado cronológicamente en el Paleolítico Superior. El abrigo se ubica en la pared meridional del Alto de la Cárcel (Zona 1). La entrada del abrigo está orientada hacia el Sur, hacia el Collado Arjona, y junto a ella se ha documentado una pequeña terrera con materiales arqueológicos, posiblemente resultado de algún vaciado de la cueva. En su interior presenta niveles sedimentarios
arqueológicos aparentemente inalterados. En el área circundante se documenta una dispersión de materiales arqueológicos con una densidad baja, en una proporción actualmente estimada de 1 ítem por 100 m2. Destaca la presencia de útiles aislados de talla lítica, tanto en sílex de color rojo como en cuarcita, a lo que hay que añadir la documentación en trabajos de campo anteriores (García Cano, C. y Murcia Muñoz, A.J, 1997) de pequeñas agrupaciones líticas junto con restos óseos animales. Perimetralmente a este área nuclear se establece un segundo sector (Zona 2) en el que se localizan elementos de utillaje prehistórico aislados relacionados con el abrigo y su actividad económica. Este asentamiento en covacha se relaciona con una ocupación del territorio de cierta densidad al estar próximo al yacimiento de Cueva del Macho (70 m al Suroeste). Se interpreta como un asentamiento estacional utilizado por comunidades cazadoras-recolectoras que a lo largo del Paleolítico Superior utilizaron estos lugares como refugios vinculados a las vías de comunicación naturales. Este valor estratégico se confirma en este caso con la presencia de pasos naturales (Rambla de la Torre o rambla de la Víbora) aprovechados como caminos tradicionales (Colada de la Cuesta del Cedacero).

3. Cueva del Macho.
El yacimiento se identifica con un hábitat en abrigo de época prehistórica, datado cronológicamente en el Paleolítico Superior. El abrigo se ubica en la pared meridional del Alto de la Cárcel (Zona 1). La entrada del abrigo está orientada hacia el Sur, hacia el Collado Arjona, con una profundidad de aproximadamente 0,9 m. En el área circundante se documenta una dispersión de materiales arqueológicos con una densidad baja, en una proporción actualmente estimada de 1 ítem por 100 m2. Destaca la presencia de útiles aislados de talla lítica, tanto en sílex de color rojo como en cuarcita, a lo que hay que añadir la documentación, en trabajos de campo anteriores (García Cano, C. y Murcia Muñoz, A.J, 1997), de pequeñas agrupaciones líticas junto con restos óseos animales. Perimetralmente a este área nuclear se establece un segundo sector (Zona 2) en el que se localizan elementos de utillaje prehistórico aislados relacionados con la ocupación del abrigo y su actividad económica. Este asentamiento se relaciona con una ocupación del territorio de cierta importancia como denota su proximidad al yacimiento prehistórico de Cueva del Negro, localizado 70 m al Noreste. Se interpreta como un asentamiento estacional utilizado por comunidades cazadoras-recolectoras que a lo largo del Paleolítico Superior utilizaron estos lugares como refugios vinculados a las vías de comunicación naturales. Este valor estratégico se confirma en este caso con la presencia de pasos naturales (Rambla de la Torre o rambla de la Víbora) aprovechados como caminos tradicionales (Colada de la Cuesta del Cedacero).
FUENTES: BORM y webs arqueomurcia y wikipedia